Últimamente me he preguntado varias veces si habré cambiado con la Universidad y, si es así, cuánto. He visto a mis amigos antiguos, los del colegio y de otras partes, cuánto en ellos ha cambiado y cuánto sigue igual.
¿Quién sería la persona indicada para decirme si cambié? Alguien que no me vea todo el día porque así uno no se da cuenta, pero tampoco otra que me vea una vez al año porque, a menos que me haga gótica o alguna cosa así, visible, tampoco lo vería.
Según yo no he cambiado mucho....tengo nuevas ideas porque, tal como dicen mis profesores, uno está inserto en una sociedad, la cual influye en el pensamiento, y la Universidad me ha abierto el pensamiento en muchas formas, aunque hay cosas que estaban en mí y que no conocía.
He hablado mucho de política, tanto que hasta me aburrió -si, a mí, la que antes ocupaba cualquier escusa para ponerse a discutir de eso- pero he logrado ver otras posiciones y explicarlas también, porque he conocida gente que a veces se cierra y no ve un poco más allá.
Sigo viviendo en esa especie de mundo particular de sueños que tengo y al cual me escapo siempre que puedo. Sigo leyendo como condenada, y aunque muchas veces leo cosas que no son tan fáciles de tragar y de entender, trato de encontrar tiempo para los demás libros que alimentan mi mundo propio. Sigo sacándome buenas notas y siendo un poco matea, aunque el apodo de "Sofipedia" me lo gané porque mis compañeros nunca escuchan lo que dice el profesor y bueno, también gracias a las listas interminables de nombres de Sepúlveda en el colegio.
No me enojo tanto y he aprendido a discutir sin alterarme o hacer demasiado propias las disputas. Me siguen gustando las teleseries y, aunque no tengo tiempo para verlas, me hago un espacio en el computador para revisar los resúmenes. Sigo olvidadiza y llegando tarde a las clases, aunque viva a 20 minutos de la Universidad. También sigo dejando las cosas para última hora y después termino estresadísima y durmiendo poco. Sigo sin poder despertarme temprano y el despertador continúa siendo mi peor enemigo.
Me sigue gustando escribir, aunque hace mucho que no escribo lo que siento si no que lo que me piden que escriba.
Aunque originalmente esto era una divagación sobre la gente que cambia y cómo es inevitable, al final terminó como una especie de perfil mío. No sé que utilidad tendrá, pero ahí está.
Besos!