Vacío. Un frío que se sube por tu pecho y te inunda, te ahoga y no puedes más. No respiras, no puedes reaccionar, no te mueves. Estás paralizado y en realidad no importa mucho, pues no tienes ganas de moverte. Te quedarías ahí por toda la eternidad, aovillado, con las manos rodeando tus piernas flectadas, mientras el mundo pasa y corre a tu alrededor.
Es una mezcla de emociones que te obstruyen la garganta y que no se deshace aunque tragues miles de veces. Es raro, pero el nudo que tienes en el estómago tampoco se deshace por más guateros que te pongas, o mucha cama que guardes. Está ahí y no se va. Te sigue cuando te levantas, cuando estás en la universidad, cuado caminas por la ciudad, cuando te acuestas. Y te pesa, sientes como si hubieses aumentado varios kilos, cuando en realidad has bajado.
El mundo y el tiempo caminan a tu lado pero no te ven, no te tocan, no te incluyen. Es como si estuvieras al lado de una carretera y los autos pasaran a toda velocidad mientras tú los miras, y ellos no se detienen.
Nada parece tener sentido, las pequeñas cosas de la vida que antes le agregaban un sabor especial a cada día perdieron su esencia, su color. La existencia se ve gris y tú sientes que tus propios tonos se van diluyendo en esa capa de humo que va cubriendo todo, que ya no te quedan matices para distinguirte del resto de las personas que caminan a tu lado.
Sientes que te falta algo, que una parte de ti está perdida y que tiene que estar en algún lado del planeta, buscándote también. Tal vez esa parte que falta sea la que pueda diluir los nudos en tu garganta y en tu estómago, hasta ahora indisolubles. Pero no la ves, no la encuentras y te sientes cada vez más pesado. Sin energía.
La gente que te rodea, que siempre te había entregado su cariño y afecto parece no existir más, se desvanece en el mundo gris. Sientes que te buscan, que te llaman, pero no te alcanzan. Y para ser sinceros, no quieres ser alcanzado. No quieres que vean cómo tus colores se pierden, tus matices se cofunden y tu peso aumenta con cada minuto que pasa, aunque para ellos será al revés, te ves más delgado y más frágil.
Necesitas un buen abrazo, uno poderoso que te envuelva por completo y así te saque con energía de ese pozo lleno de niebla espesa y oscura que se come tu vida. Pero no hay quien te abrace porque todos están lejos y grises, inmersos en una realidad de la cual no eres parte.
Te encoges más si es posible y tratas de mantener el calor que se escurre por los poros de tu cuerpo. El sol parece no calentar y su brillo es opaco, sin vida, justo como tú. Quisieras desahogarte, gritar, llorar, hacer algo, pero los nudos en tu cuerpo te lo impiden, te bloquean.
Te sientes abandonado, triste y melancólico. Nada tiene mucho sentido porque en realidad, te sientes extremadamente solo. Estás en un mundo sin escapatoria visible, que pasa a tu lado sin mirarte y que te está convirtiendo en algo gris. Te estás hundiendo en tu soledad.
Es una mezcla de emociones que te obstruyen la garganta y que no se deshace aunque tragues miles de veces. Es raro, pero el nudo que tienes en el estómago tampoco se deshace por más guateros que te pongas, o mucha cama que guardes. Está ahí y no se va. Te sigue cuando te levantas, cuando estás en la universidad, cuado caminas por la ciudad, cuando te acuestas. Y te pesa, sientes como si hubieses aumentado varios kilos, cuando en realidad has bajado.
El mundo y el tiempo caminan a tu lado pero no te ven, no te tocan, no te incluyen. Es como si estuvieras al lado de una carretera y los autos pasaran a toda velocidad mientras tú los miras, y ellos no se detienen.
Nada parece tener sentido, las pequeñas cosas de la vida que antes le agregaban un sabor especial a cada día perdieron su esencia, su color. La existencia se ve gris y tú sientes que tus propios tonos se van diluyendo en esa capa de humo que va cubriendo todo, que ya no te quedan matices para distinguirte del resto de las personas que caminan a tu lado.
Sientes que te falta algo, que una parte de ti está perdida y que tiene que estar en algún lado del planeta, buscándote también. Tal vez esa parte que falta sea la que pueda diluir los nudos en tu garganta y en tu estómago, hasta ahora indisolubles. Pero no la ves, no la encuentras y te sientes cada vez más pesado. Sin energía.
La gente que te rodea, que siempre te había entregado su cariño y afecto parece no existir más, se desvanece en el mundo gris. Sientes que te buscan, que te llaman, pero no te alcanzan. Y para ser sinceros, no quieres ser alcanzado. No quieres que vean cómo tus colores se pierden, tus matices se cofunden y tu peso aumenta con cada minuto que pasa, aunque para ellos será al revés, te ves más delgado y más frágil.
Necesitas un buen abrazo, uno poderoso que te envuelva por completo y así te saque con energía de ese pozo lleno de niebla espesa y oscura que se come tu vida. Pero no hay quien te abrace porque todos están lejos y grises, inmersos en una realidad de la cual no eres parte.
Te encoges más si es posible y tratas de mantener el calor que se escurre por los poros de tu cuerpo. El sol parece no calentar y su brillo es opaco, sin vida, justo como tú. Quisieras desahogarte, gritar, llorar, hacer algo, pero los nudos en tu cuerpo te lo impiden, te bloquean.
Te sientes abandonado, triste y melancólico. Nada tiene mucho sentido porque en realidad, te sientes extremadamente solo. Estás en un mundo sin escapatoria visible, que pasa a tu lado sin mirarte y que te está convirtiendo en algo gris. Te estás hundiendo en tu soledad.
Esto lo escribí en redacción...y contra lo usual y los pronósticos, me gustó mucho como quedó. Aunque creo que es un poco demasiado revelador, pero como alguien que no recuerdo quién es, me dijo...de qué sirve escribir si nadie te va a leer? me ha costado entenderlo, pero aquí está. Una parte de mí.
2 diga?:
Me gustó mucho la verdad, nada que decir..pero hay una sola cosa que me carga y es el hecho de que no se puede evitar al escribir, dejar parte de uno en lo escrito.
No sé si me entiendes...algunas veces es bueno, por supuesto, pero en otras es como..no sé, muy personal, pero si está en un blog es por algo..como bien dijo la persona que no recuerdas..¿qué sentido hay en escribir si nadie lo va a leer?
me gusta esta forma de seguir en cntacto contigo...siento que no necesito preguntarte "qué cuentas?" por msn xD cosa que nunca da buen resultado (en ninguno de los casos, no me refiero a tí explícitamente).
BYE! : )
Envidio tu escrito descriptivo de un sentimiento porque te quedó mejor que el mío. xD (ni siquiera quise subirlo al blog).
El uso de la segunda persona es fuerte porque apela al lector y le da la impresión de que es él quien se está sientiendo así. Creo que eso te funcionó muy bien, me gustó mucho.
Un abrazo Sofi!
nos vemos en la U
^^
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