-Me voy, dijo él. Termino esto y no vuelvo más.
A ella se le cayó una lágrima, que rodó lentamente por la mejilla, tomó camino por la comisura de la boca y se perdió en sus labios.
- ¿Por qué lloras? No hay que hacer tanto drama.
- Porque ahora sí que no te voy a volver a ver nunca más.
- No seas mina. Si es un año no más. Y obvio que nos vamos a ver.
Lo miró con ojos tristes.
-Te apuesto que no.